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Mi Amigo Charlie
En mi niñez y en mi adolescencia, tuvimos la suerte (9 hermanos) de contar con padres activos e inteligentes que nos motivaron a la lectura. En el hall lucían las colecciones completas de Julio Verne y Emilio Salgari, en historietas crecimos con Sal y Pimienta, La Zorro y el Cuervo, Asterix, Lucky Luke y, por supuesto, Charlie Brown. De alguna manera, si leemos bien, todos somos Charlie Brown y cada uno de sus personajes. Este es nuestro homenaje a tan significativa personalidad.
La ingenuidad de Charlie Brown no tiene límites. Se ofrece de carpintero porque tiene un clavo con el cual no puede hacer nada o casi nada. Pero lo reconoce. La propuesta de Lucy a hacer un trabajo más grande es rechazada por la sinceridad de Charlie: solo tiene un clavo. Así de ingenuo y dulce. Las miras de Charlie son pequeñas. Quizá ahí está la frustración o la felicidad.
“Me convencí que Charles M. Schulz no solo dibujaba adorables personajes de historietas. Él también era un poeta con inquietudes filosóficas”.